En la cama, jadeantes y relajados, el hombre y la mujer sonríen al techo. La mujer se acerca al hombre y apoya la cabeza en su pecho. Tras unos instantes, la levanta y exclama sorprendida:
-¡Tu corazón suena como una rana!
-¿A que es alucinante?- el hombre no puede ocultar su satisfacción-. No te quería decir nada. Esperaba a que lo descubrieras tú sola para que fuera una sorpresa. Y lo mejor de todo es que no necesita operación, te tragas una cápsula con un microchip incorporado y él solito se adhiere a la pared del ventrículo derecho.
La mujer aún parece albergar algunas dudas.
-Sí, si no está mal, pero... ¿una rana?
-También tenían las opciones grillo, canario, vaca o zumbido de mosquito, pero la rana me pareció más original.
La mujer vuelve a apoyar la cabeza en el pecho del hombre, escucha, permanece callada.
-En enero del próximo año sacan la versión polifónica-dice el hombre al cabo de unos minutos de tenso silencio. Lo dice casi a regañadientes, por decir algo, sin convicción.
Amparo, no tengo tiempo de leer el relato, pero veo que el de la foto es... Yon Galiano!!! Gibraltar inglés!!!!
ResponderEliminarGod bles yu ol, flaties (llanitos).
Killo, a vé si astualisas el bló, ke siempre está lo mismo.
ResponderEliminarTe diría algo del relato, pero yo tengo aspecto de no tener ni puta idea de literatura y a veces las apariencias no engañan, ¿ave? Po eso...